jueves, 27 de marzo de 2008

Cuando necesites una mano que estrechar, allí estaré.
Cuando necesites una sonrisa que ver, allí estaré.
Cuando necesites dinero que prestar, allí estaré (con o sin el dinero).
Cuando necesites un beso, allí estaré (claro, sólo si lo quieres recibir de mí)
Cuando necesites un abrazo que dar, allí estaré…

pero sobre todo, cuando necesites un hombro en el cual llorar (con motivo o sin razón),
no dudes que allí estaré.

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