sábado, 6 de diciembre de 2008

Deditcatoria...






Cuando tomo mi cuaderno es porque tengo un complejo de emociones humanas que necesito sacar de mí. No siempre sé lo que voy a escribir porque todo lo que he escrito lo he vivido.




No tengo que imaginarme cosas como los Novelistas. Cuando escribo, lo único que sé es que sufro de dolor, de esperanza, de alegría, de amor; sé que estoy sufriendo y que necesito decirlo. Mi necesidad de escribir es todo, quizá a veces también un poco de miedo.



La poesía es un destino. Algo que se hace fundamentalmente con palabras, con emociones, con sentimientos. La poesía se escribe para los demás, y si alguien me dice que gusta de lo que escribo, uno encuentra la satisfacción de descubrir que la poesía se realiza, que hay alguien a quien le sirvió para vencer un momento de soledad, o una angustia o un pesar por los contagios de los pesares del poeta, por sentir alivio de que el sufrimiento no es nada más de uno.




En fin, esa es la alegría de la poesía.




"...me habló de la mariguana, de la heroína, de los hongos, de la llaguasa. Por medio de las drogas llegaba a Dios, Se hacía perfecto, desaparecía. Pero yo prefiero mis viejos alucinantes: la soledad, el amor, la muerte." Jaime Sabines

3 comentarios:

patika dijo...

Y què puede importar lo que los demàs opinen?
Escribir es un placer que de suyo trae su recompensa y no escribimos para buscar la aseptaciòn de los demàs si no la propia.
Bien por ti y que las palabras nùnca se agoten, las musas siempre estèn presentes y los papeles y plumas a la mano!
besos...

SUULKA CREACIONES dijo...

felicidades por lo tus escritos, son dignos de leer , me han gratificado como persona e identificado al mismo tiempo , que razón tienes en lo que escribes , cuando uno escribe lo sufre pero a la vez siente ese alivio .
un saludo enorme y feliz navidad !!!

.:: DemonStar ::. dijo...

Creeme que siento que nos identificamos mucho. A mi tambien me gusta escribir más a allá de lo que pienso... solo vivo de momentos, de esperanzas pasajeras. Se saber que una vez tomado el lápiz, mi alma suspira, mis látidos se hacen uno.